Guía del Huerto Solar. Todo lo que necesitas saber

¿Te gustaría producir tu propia energía eléctrica a partir del sol y contribuir a la lucha contra el cambio climático? Si es así, un huerto solar puede ser una opción interesante para ti.

Desde Living Kits te explicaremos qué son los huertos solares, cómo funcionan, qué ventajas y desventajas tienen, qué rentabilidad puedes obtener, qué legislación debes cumplir, qué impacto ambiental generan, qué ejemplos hay en España y qué futuro les espera.

En este post hablamos de:

¿Qué es un huerto solar?

 

Un huerto solar es una instalación de paneles solares fotovoltaicos que se conectan entre sí y a la red eléctrica para generar y vender electricidad a partir de la radiación solar. A diferencia de los sistemas de autoconsumo, que se instalan en los tejados o fachadas de las viviendas o edificios para cubrir parte o toda la demanda eléctrica de los usuarios, los huertos solares se ubican en terrenos o parcelas dedicados exclusivamente a la producción de energía solar.

Tipos de huertos solares

 

Existen diferentes tipos de huertos solares, según el tipo de conexión, el tipo de propiedad, el tipo de tecnología, etc. A continuación, te explicamos los más comunes:

Huertos solares conectados a la red

 

Son los que inyectan la energía que producen a la red eléctrica y reciben una remuneración por ello. Dentro de este tipo, se pueden distinguir dos modalidades: la venta a mercado y la venta a precio fijo. En la venta a mercado, el productor vende la energía al precio que se fija en el mercado mayorista de electricidad, que varía según la oferta y la demanda. En la venta a precio fijo, el productor vende la energía a un precio establecido por el gobierno, que suele ser más alto que el del mercado, pero que se revisa periódicamente.

Huertos solares aislados de la red

 

Son los que no están conectados a la red eléctrica y que almacenan la energía que producen en baterías o la consumen directamente. Este tipo de huertos solares se suelen instalar en zonas donde no hay acceso a la red o donde el suministro es deficiente o caro. Los huertos solares aislados pueden ser autónomos o híbridos. Los autónomos solo utilizan la energía solar, mientras que los híbridos combinan la energía solar con otras fuentes de energía, como generadores diésel, eólicos, hidráulicos, etc.

Huertos solares compartidos

 

Son los que están formados por varios propietarios o inversores que comparten la instalación y los beneficios. Este tipo de huertos solares se suelen crear mediante cooperativas, asociaciones, comunidades de vecinos, etc. Los huertos solares compartidos pueden estar conectados a la red o aislados de la red, según el caso. Los huertos solares compartidos permiten a los participantes acceder a la energía solar sin tener que instalar paneles en sus propias viviendas o edificios, lo que reduce los costes y las barreras de entrada.

Huertos solares de seguimiento

 

Son los que utilizan sistemas mecánicos para orientar los paneles solares hacia el sol a lo largo del día, lo que aumenta la producción de energía. Los huertos solares de seguimiento pueden ser de un eje o de dos ejes, según el grado de libertad que tengan los paneles para girar. Los huertos solares de seguimiento tienen un mayor rendimiento que los huertos solares fijos, pero también un mayor coste y un mayor mantenimiento.

huerto solar atardecer

¿Cómo funciona un huerto solar?

 

El funcionamiento de un huerto solar se basa en el efecto fotovoltaico, que consiste en la transformación de la energía luminosa del sol en energía eléctrica. Los paneles solares fotovoltaicos son los encargados de captar la radiación solar y convertirla en corriente eléctrica continua. Esta corriente se envía a un inversor, que la convierte en corriente alterna, que es la que se utiliza en la mayoría de los aparatos eléctricos. La corriente alterna se puede inyectar a la red eléctrica, almacenar en baterías o consumir directamente, según el tipo de conexión que tenga el huerto solar. Además, el huerto solar cuenta con otros componentes, como el contador, el regulador, el transformador, el cableado, la estructura de soporte, etc.

Componentes de un huerto solar

 

Los principales componentes de un huerto solar son los siguientes:

Paneles solares fotovoltaicos

 

Son los dispositivos que captan la radiación solar y la convierten en electricidad. Están formados por células fotovoltaicas, que son las unidades básicas del efecto fotovoltaico. Las células fotovoltaicas se fabrican con materiales semiconductores, como el silicio, que al recibir la luz generan una diferencia de potencial eléctrico. Los paneles solares se clasifican según el tipo de célula que utilizan, que puede ser monocristalina, policristalina o de película fina. Los paneles monocristalinos tienen una mayor eficiencia y durabilidad, pero también un mayor coste. Los paneles policristalinos tienen una menor eficiencia y durabilidad, pero también un menor coste. Los paneles de película fina tienen una muy baja eficiencia y durabilidad, pero son más flexibles y ligeros.

Inversor

 

Es el dispositivo que convierte la corriente continua que generan los paneles solares en corriente alterna, que es la que se utiliza en la mayoría de los aparatos eléctricos y la que se inyecta a la red. El inversor debe adaptarse a la potencia y al voltaje de la instalación, así como a las normas de seguridad y calidad de la red. El inversor también tiene funciones de control, protección y monitorización del huerto solar.

Contador

 

Es el dispositivo que mide la cantidad de energía que produce el huerto solar y la que consume o inyecta a la red. El contador debe estar homologado y certificado por la compañía eléctrica, que es la que lo instala y lo lee. El contador permite al productor conocer el balance energético y económico de su huerto solar, así como cumplir con sus obligaciones fiscales y administrativas.

Regulador

 

Es el dispositivo que regula el flujo de energía entre los paneles solares, el inversor, las baterías y los consumidores. El regulador evita que se produzcan sobrecargas, cortocircuitos, descargas profundas o inversiones de polaridad que puedan dañar los componentes del huerto solar. El regulador es imprescindible en los huertos solares aislados, donde las baterías juegan un papel fundamental.

Baterías

 

Son los dispositivos que almacenan la energía que produce el huerto solar cuando no se consume o se inyecta a la red. Las baterías permiten disponer de energía cuando no hay sol o cuando hay cortes de suministro. Las baterías deben ser adecuadas para el uso fotovoltaico, ya que deben soportar ciclos de carga y descarga frecuentes y prolongados. Las baterías más utilizadas son las de plomo-ácido, las de litio y las de níquel-cadmio.

Transformador

 

Es el dispositivo que eleva o reduce el voltaje de la corriente alterna que produce el inversor, según el nivel de tensión de la red o de los consumidores. El transformador permite adaptar el huerto solar a las condiciones de la red y optimizar el transporte de la energía. El transformador puede estar integrado en el inversor o ser un elemento externo.

Cableado

 

Es el conjunto de cables y conectores que transportan la energía entre los diferentes componentes del huerto solar. El cableado debe ser de buena calidad y resistente a las condiciones ambientales, así como cumplir con las normas de seguridad y aislamiento. El cableado debe dimensionarse correctamente para evitar pérdidas de energía y sobrecalentamientos.

Estructura de soporte

 

Es el conjunto de elementos que sostienen y fijan los paneles solares al terreno o a la superficie donde se instalan. La estructura de soporte debe ser robusta y estable, así como permitir la orientación e inclinación óptimas de los paneles. La estructura de soporte puede ser fija o móvil, según el tipo de huerto solar.

huerto solar en el campo

Ventajas de los huertos solares

 

Los huertos solares tienen numerosas ventajas, tanto para los productores como para la sociedad en general. Entre estas ventajas se encuentran:

  • Aprovechan una fuente de energía renovable, inagotable y gratuita, como es el sol, lo que reduce la dependencia de los combustibles fósiles y sus fluctuaciones de precio.
  • Contribuyen a la lucha contra el cambio climático, al evitar la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que generan las fuentes de energía convencionales.
  • Fomentan el desarrollo rural, al crear empleo, riqueza y oportunidades en las zonas donde se instalan, así como al mejorar el acceso a la energía eléctrica de las comunidades aisladas o desfavorecidas.
  • Generan ahorro y rentabilidad, al permitir a los productores reducir su factura eléctrica, obtener ingresos por la venta de la energía y beneficiarse de las ayudas y los incentivos fiscales que existen para este tipo de instalaciones.
  • Favorecen la diversificación y la seguridad del suministro eléctrico, al aumentar la participación de las energías renovables en el mix energético y al reducir las pérdidas de transporte y distribución de la energía.
  • Promueven la democratización y la participación ciudadana en el sector energético, al facilitar el acceso a la generación de energía eléctrica a través de modelos de propiedad compartida, cooperativa o comunitaria.

Desventajas de los huertos solares

 

Los huertos solares también tienen algunas desventajas o inconvenientes que hay que tener en cuenta. Entre estas desventajas se encuentran:

  • Requieren una inversión inicial elevada, que puede suponer una barrera de entrada para algunos productores o inversores, aunque se puede amortizar a medio o largo plazo.
  • Dependen de la disponibilidad y la variabilidad de la radiación solar, que puede verse afectada por factores como la estacionalidad, la meteorología, la latitud, la orografía, etc.
  • Ocupan una superficie considerable de terreno, que puede competir con otros usos o actividades, como la agricultura, la ganadería, la conservación de la biodiversidad, etc.
  • Necesitan un mantenimiento periódico y adecuado, que implica un coste adicional y una supervisión constante, para garantizar el buen funcionamiento y la seguridad de la instalación.
  • Generan un impacto ambiental y visual, que puede alterar el paisaje, la flora y la fauna de la zona donde se ubican, así como provocar molestias a los vecinos o a los usuarios de las infraestructuras cercanas.

Rentabilidad de los huertos solares

 

La rentabilidad de los huertos solares depende de varios factores, como el coste de la instalación, el precio de la energía, la radiación solar de la zona, el tipo de conexión, las ayudas y los incentivos disponibles, etc.

Estos factores pueden variar significativamente de un día a otro y de una ubicación a otra. Por lo tanto, puede ser difícil predecir con precisión la cantidad de energía que producirá un sistema solar en un día determinado.

Podemos utilizar la inteligencia artificial para mejorar la precisión de las previsiones de producción solar. Analice grandes cantidades de datos como radiación solar histórica, temperatura, nubosidad y hora del día. Esto muestra patrones y tendencias que pueden usarse para predecir con mayor precisión la producción de energía solar. Pronosticar la producción de energía solar es importante por muchas razones.

En primer lugar, puede ayudar a los propietarios de sistemas solares a tomar decisiones de gestión energética más informadas. Por ejemplo, si se espera que un sistema fotovoltaico genere una cantidad significativa de energía en un día determinado, el propietario puede decidir vender esta energía a la red.

En segundo lugar, pronosticar la producción de energía solar puede ayudar a los operadores de redes a equilibrar la oferta y la demanda de energía. Esto ayudará a evitar apagones y apagones. Esta herramienta es muy poderosa ya que puede usarse para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los sistemas de energía solar. Predecir la producción de energía solar es sólo una de las muchas aplicaciones prometedoras de la inteligencia artificial en el campo de la energía fotovoltaica.

Para calcular la rentabilidad de un huerto solar, se suelen utilizar dos indicadores: el tiempo de retorno de la inversión y la tasa interna de retorno.

  • El tiempo de retorno de la inversión es el periodo que se tarda en recuperar el dinero invertido en el huerto solar, a partir de los ingresos y los ahorros que se obtienen por la producción de energía. Se calcula dividiendo el coste de la instalación entre el beneficio neto anual. Por ejemplo, si el coste de la instalación es de 100.000 euros y el beneficio neto anual es de 10.000 euros, el tiempo de retorno de la inversión es de 10 años.
  • La tasa interna de retorno es el porcentaje de beneficio que se obtiene por el dinero invertido en el huerto solar, teniendo en cuenta el valor actual de los flujos de caja futuros. Se calcula mediante una fórmula matemática que iguala el valor actual de los ingresos y los gastos a cero. Por ejemplo, si el coste de la instalación es de 100.000 euros y los ingresos y gastos anuales son de 15.000 y 5.000 euros respectivamente, la tasa interna de retorno es del 10%.

La rentabilidad de los huertos solares ha mejorado en los últimos años, gracias a la reducción del coste de los paneles solares, al aumento del precio de la electricidad y a la simplificación de los trámites administrativos. Según un estudio de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la rentabilidad media de los huertos solares conectados a la red en España es del 7,5%, con un tiempo de retorno de la inversión de entre 10 y 12 años.

Una buena noticia para el sector es que el Real Decreto-ley 17/2019 estableció que se mantendrá durante los próximos 12 años la tasa de rentabilidad que fijó el Gobierno para el denominado primer periodo regulatorio, es decir, que los productores de energía renovable seguirán cobrando lo que venían cobrando por kilovatio hora producido hasta el año 2030.

huerto solar en el campo

Legislación sobre huertos solares

 

La legislación sobre huertos solares es el conjunto de normas y reglamentos que regulan la instalación, el funcionamiento, la conexión, la remuneración y la fiscalidad de los huertos solares en España. La legislación sobre huertos solares ha sufrido varios cambios en los últimos años, lo que ha generado cierta inseguridad jurídica y ha afectado a la rentabilidad y al desarrollo de este tipo de instalaciones.

La legislación actual sobre huertos solares se basa en el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica, que entró en vigor el 6 de abril de 2019. Este real decreto establece las siguientes modalidades de autoconsumo:

Autoconsumo sin excedentes

 

Es el que se produce cuando la energía generada por el huerto solar se consume íntegramente por el usuario, sin inyectar nada a la red. Esta modalidad no requiere de contador ni de contrato con la compañía eléctrica, pero tampoco recibe ninguna remuneración por la energía producida.

Autoconsumo con excedentes

 

Es el que se produce cuando la energía generada por el huerto solar supera la demanda del usuario y se inyecta el excedente a la red. Esta modalidad requiere de contador y de contrato con la compañía eléctrica, y recibe una remuneración por la energía inyectada. Dentro de esta modalidad, se pueden distinguir dos submodalidades:

Autoconsumo con excedentes acogidos a compensación

 

Es el que se aplica cuando el usuario tiene una potencia contratada inferior o igual a 100 kW y opta por compensar el excedente de energía inyectada con el déficit de energía consumida de la red, en el mismo periodo de facturación. La compensación se realiza al precio de la energía del mercado mayorista, con un límite máximo del 100% del importe de la factura eléctrica, sin incluir los impuestos, los peajes y los cargos. Esta submodalidad está exenta del impuesto al sol y del impuesto sobre la electricidad.

Autoconsumo con excedentes no acogidos a compensación

 

Es el que se aplica cuando el usuario tiene una potencia contratada superior a 100 kW o no opta por la compensación. En este caso, el usuario vende la energía inyectada a la red al precio de mercado, pero debe pagar el impuesto al sol y el impuesto sobre la electricidad, así como los peajes y los cargos correspondientes.

Además del real decreto mencionado, la legislación sobre huertos solares también se compone de otras normas, como:

  • la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, el Real Decreto 413/2014, de 6 de junio, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos
  • el Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo
  • el Real Decreto 15/2018, de 5 de octubre, de medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, el Real Decreto 23/2020, de 23 de junio, por el que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica, etc.

La legislación sobre huertos solares puede variar según la comunidad autónoma, que tiene competencias en materia de energía y medio ambiente. Por ello, es conveniente consultar la normativa específica de cada región antes de iniciar un proyecto de huerto solar.

Impacto ambiental de los huertos solares

 

El impacto ambiental de los huertos solares es el conjunto de efectos que la instalación y el funcionamiento de los huertos solares tienen sobre el medio ambiente, tanto a nivel local como global. El impacto ambiental de los huertos solares puede ser positivo o negativo, según el tipo y la magnitud de los efectos.

El impacto ambiental positivo


  • Utilizan una fuente de energía renovable, inagotable y gratuita, como es el sol, lo que reduce la dependencia de los combustibles fósiles y sus fluctuaciones de precio.
  • Evitan la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que generan las fuentes de energía convencionales, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático y a la mejora de la calidad del aire.
  • Fomentan el desarrollo rural, al crear empleo, riqueza y oportunidades en las zonas donde se instalan, así como al mejorar el acceso a la energía eléctrica de las comunidades aisladas o desfavorecidas.
  • Favorecen la diversificación y la seguridad del suministro eléctrico, al aumentar la participación de las energías renovables en el mix energético y al reducir las pérdidas de transporte y distribución de la energía.
  • Promueven la democratización y la participación ciudadana en el sector energético, al facilitar el acceso a la generación de energía eléctrica a través de modelos de propiedad compartida, cooperativa o comunitaria.

El impacto ambiental negativo

 
  • Ocupan una superficie considerable de terreno, que puede competir con otros usos o actividades, como la agricultura, la ganadería, la conservación de la biodiversidad, etc.
  • Generan un impacto visual, que puede alterar el paisaje, la flora y la fauna de la zona donde se ubican, así como provocar molestias a los vecinos o a los usuarios de las infraestructuras cercanas.
  • Producen residuos, tanto durante la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, como al final de su vida útil, que deben ser gestionados adecuadamente para evitar su contaminación.
  • Consumen recursos, tanto materiales como energéticos, para la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, que deben ser optimizados para reducir su huella ecológica.

Por todo lo anterior, en la mayoría de los casos, es necesario realizar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para instalar un huerto solar. Esto se debe a que la instalación y operación de un huerto solar puede tener diversos impactos sobre el medio ambiente y la comunidad circundante, los cuales deben ser evaluados y gestionados de manera adecuada.

Un estudio de impacto ambiental (EIA) es un proceso sistemático y exhaustivo que evalúa los posibles efectos que un proyecto, plan o actividad pueda tener sobre el medio ambiente y la salud humana. Este tipo de estudio es crucial para la toma de decisiones informadas y responsables en el desarrollo de proyectos, ya que permite identificar, prevenir y mitigar los impactos negativos sobre el entorno natural y social.

Por ello, es una herramienta fundamental para la gestión ambiental responsable y sostenible de proyectos, ya que permite anticipar y gestionar los impactos negativos sobre el medio ambiente y la comunidad, contribuyendo así a la toma de decisiones informadas y al desarrollo sostenible.

El EIA sirve para proporcionar información objetiva y científica sobre los posibles impactos ambientales de un proyecto, lo que ayuda a los responsables de la toma de decisiones a considerar estos impactos durante la planificación y ejecución del proyecto. Además, permite la participación pública en el proceso de toma de decisiones, fomentando la transparencia y la inclusión de diferentes perspectivas.

Las partes principales de un estudio de impacto ambiental


  1. Descripción del proyecto: Se detalla la naturaleza del proyecto, su ubicación, tamaño, alcance y objetivos.
  2. Descripción del entorno: Se analizan las características físicas, biológicas, sociales y culturales del área de influencia del proyecto, incluyendo la flora, fauna, suelos, recursos hídricos, paisaje, población humana y actividades económicas.
  3. Identificación de impactos: Se evalúan los posibles impactos ambientales directos e indirectos que el proyecto pueda tener sobre el entorno natural y social. Estos impactos pueden incluir cambios en la calidad del aire, agua y suelo, pérdida de hábitat, contaminación acústica, alteraciones en la dinámica de poblaciones humanas, entre otros.
  4. Evaluación de impactos: Se analiza la magnitud, duración, alcance y significancia de los impactos identificados, así como su probabilidad de ocurrencia. Se utilizan metodologías y herramientas específicas para evaluar los impactos en función de criterios científicos y normativos.
  5. Propuestas de medidas de mitigación y compensación: Se proponen acciones y estrategias para prevenir, minimizar o compensar los impactos ambientales negativos del proyecto. Estas medidas pueden incluir la implementación de tecnologías más limpias, la conservación de hábitats naturales, la restauración de áreas degradadas, entre otras.
  6. Plan de seguimiento y monitoreo: Se establece un plan detallado para el monitoreo continuo de los impactos ambientales durante todas las etapas del proyecto, así como para la evaluación del cumplimiento de las medidas de mitigación y compensación propuestas.

Para minimizar el impacto ambiental negativo de los huertos solares, se deben aplicar criterios de sostenibilidad y buenas prácticas ambientales en todas las fases del proyecto, desde la planificación hasta la explotación. Entre estas medidas se encuentran:

  • Realizar un estudio de impacto ambiental previo, que evalúe los posibles efectos del huerto solar sobre el medio ambiente y proponga medidas correctoras o compensatorias.
  • Elegir una ubicación adecuada, que tenga una buena radiación solar, que no afecte a espacios protegidos o de alto valor ecológico, que no genere conflictos con otros usos o actividades, que respete el paisaje y el patrimonio cultural, que tenga un buen acceso a la red eléctrica, etc.
  • Utilizar materiales y equipos de calidad, que tengan una alta eficiencia, una larga durabilidad, una baja toxicidad, una fácil reciclabilidad, una baja huella de carbono, etc.
  • Optimizar el diseño y el dimensionamiento de la instalación, que se adapte a las condiciones del terreno, que aproveche al máximo la radiación solar, que reduzca las pérdidas de energía, que minimice el uso de recursos, que facilite el mantenimiento, etc.
  • Seguir las normas de seguridad y calidad, que garanticen el buen funcionamiento y la protección de la instalación, de los trabajadores, de los usuarios y del medio ambiente, tanto durante la construcción como durante la operación.
  • Realizar un mantenimiento periódico y adecuado, que prevenga y corrija posibles averías, fallos o deterioros de la instalación, que asegure el rendimiento y la seguridad de la misma, que evite la generación de residuos o emisiones, que respete la normativa vigente, etc.
  • Gestionar correctamente los residuos, tanto los que se generan durante la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, como los que se producen al final de su vida útil, que deben ser recogidos, separados, tratados, reciclados o eliminados de forma adecuada, según su naturaleza y su peligrosidad, cumpliendo con la legislación aplicable.

huerto solar en el pueblo

Huertos solares en España

 

España es uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de los huertos solares, debido a su alta radiación solar, su extensa superficie de terreno disponible, su experiencia y capacidad tecnológica en el sector fotovoltaico, su compromiso con la transición energética y la descarbonización de la economía, etc.

Según el informe “El estado de las energías renovables en España 2020” de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), la energía solar fotovoltaica aportó el 6,1% de la demanda eléctrica nacional en 2020, con una potencia instalada de 13.314 MW, de los cuales 4.752 MW corresponden a nuevos proyectos conectados ese año. La energía solar fotovoltaica generó 27.479 GWh de electricidad, lo que supone un incremento del 67,5% respecto al año anterior. La energía solar fotovoltaica evitó la emisión de 9,2 millones de toneladas de CO2 y generó un valor añadido bruto de 4.591 millones de euros, así como 38.210 empleos directos e indirectos.

La mayor parte de la potencia fotovoltaica instalada en España corresponde a huertos solares conectados a la red, que se ubican principalmente en las comunidades autónomas de Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón y Castilla y León.

Algunos ejemplos de huertos solares en España son:

La Plataforma Solar de Almería

 

Es el mayor centro de investigación, desarrollo y ensayo de tecnologías solares de Europa, que cuenta con una potencia instalada de 40 MW y una superficie de 103 hectáreas. La Plataforma Solar de Almería alberga diferentes instalaciones y proyectos de energía solar, tanto fotovoltaica como térmica, que abarcan desde la generación de electricidad hasta la desalación de agua, pasando por la producción de hidrógeno o la climatización de edificios.

La planta fotovoltaica de Núñez de Balboa

 

Es la mayor planta fotovoltaica de Europa, que cuenta con una potencia instalada de 500 MW y una superficie de 1.000 hectáreas. La planta fotovoltaica de Núñez de Balboa está situada en el municipio de Usagre, en Badajoz, y fue inaugurada en 2020. La planta fotovoltaica de Núñez de Balboa puede abastecer de electricidad a 250.000 personas y evitar la emisión de 215.000 toneladas de CO2 al año.

La planta fotovoltaica de Mula

 

Es la mayor planta fotovoltaica de autoconsumo de España, que cuenta con una potencia instalada de 450 MW y una superficie de 1.088 hectáreas. La planta fotovoltaica de Mula está ubicada en el municipio de Mula, en Murcia, y fue conectada a la red en 2019. La planta fotovoltaica de Mula está formada por 12 huertos solares compartidos, que suministran electricidad a más de 200.000 hogares y empresas de la región.

Futuro de los huertos solares

 

El futuro de los huertos solares es prometedor, ya que se espera que sigan creciendo y expandiéndose por todo el mundo, impulsados por la necesidad de aumentar la generación de energía renovable, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la seguridad y la calidad del suministro eléctrico, fomentar el desarrollo económico y social, etc.

Según el informe “Renewable Energy Market Update 2021” de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la energía solar fotovoltaica será la fuente de energía renovable que más crecerá en los próximos años, con una previsión de añadir 162 GW de potencia instalada en 2021 y 179 GW en 2022, lo que supone un aumento del 18% y del 10% respectivamente respecto a las estimaciones anteriores. La energía solar fotovoltaica representará el 46% de la nueva capacidad renovable que se instalará en el mundo en 2021 y el 43% en 2022.

El informe “Global Market Outlook for Solar Power 2020-2024” de SolarPower Europe, la asociación europea de la industria solar, prevé que la potencia fotovoltaica instalada en Europa alcance los 253 GW en 2024, lo que supone un incremento del 80% respecto a los 141 GW que había a finales de 2019. España será el segundo país con mayor potencia fotovoltaica instalada en Europa en 2024, con 34 GW, solo por detrás de Alemania, con 72 GW.

Preguntas frecuentes sobre huertos solares

La energía solar es la energía que se obtiene a partir del aprovechamiento de la radiación solar que llega a la Tierra. La energía solar se puede utilizar para generar electricidad, calor o combustibles, mediante diferentes tecnologías, como la fotovoltaica, la térmica o la termoeléctrica.

Los paneles solares son los dispositivos que captan la radiación solar y la convierten en electricidad o en calor. Los paneles solares se clasifican según el tipo de tecnología que utilizan, que puede ser fotovoltaica o térmica. Los paneles solares fotovoltaicos transforman la luz solar en corriente eléctrica continua, mediante el efecto fotovoltaico. Los paneles solares térmicos transforman la luz solar en calor, mediante el efecto termosolar.

Los tipos de paneles solares más comunes son los siguientes:

  • Paneles solares fotovoltaicos: Se clasifican según el tipo de célula que utilizan, que puede ser monocristalina, policristalina o de película fina. Los paneles monocristalinos tienen una mayor eficiencia y durabilidad, pero también un mayor coste. Los paneles policristalinos tienen una menor eficiencia y durabilidad, pero también un menor coste. Los paneles de película fina tienen una muy baja eficiencia y durabilidad, pero son más flexibles y ligeros.
  • Paneles solares térmicos: Se clasifican según el tipo de fluido que utilizan, que puede ser agua o aire. Los paneles solares térmicos de agua calientan el agua que circula por unos tubos, que se almacena en un depósito o se usa directamente para usos domésticos o industriales. Los paneles solares térmicos de aire calientan el aire que circula por unos conductos, que se usa para climatizar espacios o para secar productos agrícolas o industriales.

huerto solar ia

El autoconsumo energético es la modalidad de consumo de energía eléctrica que consiste en generar y consumir la propia energía, sin depender de la red eléctrica o reduciendo al mínimo la dependencia de la misma. El autoconsumo energético se puede realizar con diferentes fuentes de energía renovable, como la solar, la eólica, la hidráulica, la biomasa, etc. El autoconsumo energético tiene ventajas como el ahorro, la eficiencia, la sostenibilidad, la autonomía, la participación, etc.

Aunque los términos huerto solar y parque solar se suelen usar indistintamente, hay algunas diferencias entre ellos. Un huerto solar suele tener una potencia instalada menor que un parque solar, que puede alcanzar varios megavatios (MW) o incluso gigavatios (GW). Además, un huerto solar suele estar formado por varios propietarios o inversores que comparten la instalación y los beneficios, mientras que un parque solar suele pertenecer a una única empresa o entidad.

Por tener una visión a modo conceptual un huerto solar tiene un tamaño menor a 15 hectáreas y su producción se limita a una cantidad entre 5 y 10 MW. Es decir, la principal diferencia entre un huerto solar y una planta solar radica en su tamaño, titularidad y objetivo:

Huerto solar

  • Tamaño: Pequeñas instalaciones de generación fotovoltaica.
  • Titularidad: Pertenecen a diferentes propietarios que comparten los gastos, el mantenimiento y los beneficios.
  • Objetivo: Abastecer a pequeñas empresas, pequeños núcleos de población o productores agrícolas.

Planta solar

  • Tamaño: Grandes extensiones de terreno con instalaciones fotovoltaicas.
  • Titularidad: Suelen ser propiedad de una empresa o entidad jurídica.
  • Objetivo: Abastecer a grandes empresas, grandes núcleos urbanos o incluso verter la energía a la red eléctrica.

Otras diferencias

  • Inversión: Los huertos solares requieren una inversión menor que las plantas solares.
  • Tecnología: Las plantas solares suelen utilizar tecnología más avanzada que los huertos solares.
  • Impacto ambiental: Los huertos solares tienen un menor impacto ambiental que las plantas solares.

Ejemplos de huertos solares y plantas solares:

Huertos solares:

  • Huerto solar del colegio San Gabriel (Madrid)
  • Huerto solar de la cooperativa agrícola El Progreso (Sevilla)
  • Huerto solar del Ayuntamiento de Málaga

Plantas solares:

  • Planta solar fotovoltaica de Benidorm (Alicante)
  • Planta solar fotovoltaica de Puertollano (Ciudad Real)
  • Planta solar fotovoltaica de Nuñez de Balboa (Badajoz)

La energía de un huerto solar se puede utilizar para varios fines, según el tipo de conexión que tenga. Si el huerto solar está conectado a la red eléctrica, la energía que produce se inyecta directamente a la red y se vende a la compañía distribuidora o comercializadora, obteniendo una remuneración por cada kilovatio hora (kWh) generado. Si el huerto solar está aislado de la red, la energía que produce se almacena en baterías o se consume directamente por los usuarios que estén conectados al huerto, como puede ser el caso de comunidades rurales o zonas remotas.

El tamaño de un huerto solar depende de varios factores, como la superficie disponible, la potencia deseada, la orientación e inclinación de los paneles, la radiación solar de la zona, el tipo de conexión, etc. En general, se estima que se necesita una superficie de entre 10 y 15 metros cuadrados por cada kilovatio pico (kWp) de potencia instalada. Así, por ejemplo, un huerto solar de 100 kWp necesitaría una superficie de entre 1.000 y 1.500 metros cuadrados.

Cualquier persona física o jurídica puede instalar un huerto solar, siempre que cumpla con los requisitos legales, técnicos y administrativos que se exigen para este tipo de instalaciones. Entre estos requisitos se encuentran: disponer de un terreno adecuado, solicitar los permisos y licencias correspondientes, contratar a una empresa instaladora autorizada, realizar el estudio de viabilidad económica, inscribirse en el registro de productores de energía eléctrica, contratar un seguro de responsabilidad civil, etc.

Para instalar un huerto solar en tu casa, debes seguir los siguientes pasos:

  • Estudiar la viabilidad técnica y económica del proyecto, teniendo en cuenta la radiación solar, la superficie disponible, la potencia deseada, el tipo de conexión, el coste de la instalación, el precio de la energía, las ayudas y los incentivos disponibles, etc.
  • Solicitar los permisos y licencias necesarios, tanto a la administración local como a la compañía eléctrica, para poder realizar la instalación y la conexión del huerto solar.
  • Contratar a una empresa instaladora autorizada, que se encargue de suministrar, instalar y poner en marcha los componentes del huerto solar, así como de tramitar la documentación y el registro del mismo.
  • Disfrutar de la energía solar que produce el huerto solar, consumiéndola, vendiéndola o compensándola, según el tipo de conexión que hayas elegido.

El coste de instalar un huerto solar depende de varios factores, como el tamaño, la ubicación, el tipo de conexión, la calidad de los materiales, el diseño de la instalación, etc. No obstante, se puede estimar que el coste medio por kWp instalado ronda los 1.000 euros, lo que supone una inversión de unos 100.000 euros para un huerto solar de 100 kWp. A este coste hay que sumarle los gastos de mantenimiento, que suelen ser de entre el 1% y el 2% del coste de la instalación por año.

Existen diferentes ayudas e incentivos para instalar un huerto solar, tanto a nivel estatal como autonómico o local, que pueden ser de tipo económico, fiscal, administrativo o técnico. Entre estas ayudas se encuentran:

  • Subvenciones

Son ayudas directas que se conceden a fondo perdido para financiar parte o la totalidad del coste de la instalación del huerto solar. Las subvenciones pueden provenir de diferentes organismos públicos, como el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), las comunidades autónomas, los ayuntamientos, etc.

  • Préstamos

Son ayudas financieras que se conceden a un tipo de interés preferencial o bonificado para financiar parte o la totalidad del coste de la instalación del huerto solar. Los préstamos pueden provenir de diferentes entidades financieras, como bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, etc., que suelen contar con convenios o líneas de financiación específicas para proyectos de energías renovables.

  • Deducciones fiscales

Son ayudas tributarias que consisten en reducir la base imponible o la cuota a pagar en los impuestos relacionados con la instalación del huerto solar. Las deducciones fiscales pueden aplicarse en diferentes impuestos, como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre Sociedades (IS), el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), etc.

  • Simplificación administrativa

Son ayudas burocráticas que consisten en agilizar o eliminar los trámites y requisitos necesarios para instalar y conectar el huerto solar. La simplificación administrativa puede afectar a diferentes aspectos, como la solicitud de permisos y licencias, la inscripción en el registro, la contratación con la compañía eléctrica, etc.

huerto solar con helada

 

El futuro de los huertos solares también plantea algunos retos y desafíos que habrá que afrontar y superar para garantizar su viabilidad y sostenibilidad. Entre estos retos se encuentran:

  • Reducir el coste de la energía solar fotovoltaica que, aunque ha disminuido considerablemente en los últimos años, todavía es más alto que el de otras fuentes de energía, lo que puede limitar su competitividad y rentabilidad. Para ello, se deberán seguir innovando y mejorando los materiales, los equipos, los procesos y las técnicas de la industria solar, así como aprovechar las economías de escala y las sinergias con otros sectores.
  • Aumentar la eficiencia y la durabilidad de los paneles solares que, aunque han alcanzado niveles muy altos, todavía tienen margen de mejora, lo que puede incrementar la producción y el rendimiento de los huertos solares. Para ello, se deberán seguir investigando y desarrollando nuevas tecnologías, como las células de perovskita, las células de heterounión, las células de múltiples uniones, las células orgánicas, etc.
  • Integrar los huertos solares en la red eléctrica que, debido a su carácter variable e intermitente, puede generar problemas de estabilidad, calidad y seguridad del suministro eléctrico, lo que puede afectar al funcionamiento y al equilibrio del sistema eléctrico. Para ello, se deberán implementar soluciones de almacenamiento, gestión de la demanda, redes inteligentes, mercados flexibles, etc.
  • Minimizar el impacto ambiental y social de los huertos solares que, aunque es menor que el de otras fuentes de energía, todavía puede generar efectos negativos sobre el medio ambiente y las comunidades locales, lo que puede provocar conflictos o rechazos. Para ello, se deberán aplicar criterios de sostenibilidad y buenas prácticas ambientales en todas las fases del proyecto, desde la planificación hasta la explotación, así como fomentar la participación y la sensibilización de los actores implicados.

El mantenimiento de un huerto solar es el conjunto de acciones que se realizan para garantizar el buen funcionamiento y la seguridad de la instalación, así como para optimizar su rendimiento y alargar su vida útil. El mantenimiento de un huerto solar puede ser de dos tipos: preventivo o correctivo.

El mantenimiento preventivo

Se realiza periódicamente, siguiendo un plan establecido, para prevenir posibles averías, fallos o deterioros de la instalación. El mantenimiento preventivo incluye acciones como la limpieza, la revisión, el ajuste, la lubricación, el cambio o la sustitución de los componentes del huerto solar.

El mantenimiento correctivo

Se realiza cuando se detecta o se produce una avería, un fallo o un deterioro de la instalación, que impide o dificulta su funcionamiento normal. El mantenimiento correctivo incluye acciones como la reparación, la sustitución, la modificación o la mejora de los componentes del huerto solar.

El mantenimiento de un huerto solar puede ser realizado por el propio propietario o por una empresa especializada, que se encargue de supervisar, controlar y resolver los problemas que puedan surgir en la instalación. El coste del mantenimiento de un huerto solar suele ser de entre el 1% y el 2% del coste de la instalación por año.

La rentabilidad de un huerto solar depende de varios factores, como el coste de la instalación, el precio de la energía, la radiación solar de la zona, el tipo de conexión, las ayudas y los incentivos disponibles, etc. Para calcular la rentabilidad de un huerto solar, se suelen utilizar dos indicadores: el tiempo de retorno de la inversión y la tasa interna de retorno.

  • El tiempo de retorno de la inversión es el periodo que se tarda en recuperar el dinero invertido en el huerto solar, a partir de los ingresos y los ahorros que se obtienen por la producción de energía. Se calcula dividiendo el coste de la instalación entre el beneficio neto anual. Por ejemplo, si el coste de la instalación es de 100.000 euros y el beneficio neto anual es de 10.000 euros, el tiempo de retorno de la inversión es de 10 años.
  • La tasa interna de retorno es el porcentaje de beneficio que se obtiene por el dinero invertido en el huerto solar, teniendo en cuenta el valor actual de los flujos de caja futuros. Se calcula mediante una fórmula matemática que iguala el valor actual de los ingresos y los gastos a cero. Por ejemplo, si el coste de la instalación es de 100.000 euros y los ingresos y gastos anuales son de 15.000 y 5.000 euros respectivamente, la tasa interna de retorno es del 10%.

La rentabilidad de los huertos solares ha mejorado en los últimos años, gracias a la reducción del coste de los paneles solares, al aumento del precio de la electricidad y a la simplificación de los trámites administrativos. Según un estudio de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), la rentabilidad media de los huertos solares conectados a la red en España es del 7,5%, con un tiempo de retorno de la inversión de entre 10 y 12 años.

Una buena noticia para el sector es que el Real Decreto-ley 17/2019 estableció que se mantendrá durante los próximos 12 años la tasa de rentabilidad que fijó el Gobierno para el denominado primer periodo regulatorio, es decir, que los productores de energía renovable seguirán cobrando lo que venían cobrando por kilovatio hora producido hasta el año 2030.

huerto solar medioambiental

El impacto ambiental de un huerto solar es el conjunto de efectos que la instalación y el funcionamiento de los huertos solares tienen sobre el medio ambiente, tanto a nivel local como global. El impacto ambiental de los huertos solares puede ser positivo o negativo, según el tipo y la magnitud de los efectos.

El impacto ambiental positivo

  • Utilizan una fuente de energía renovable, inagotable y gratuita, como es el sol, lo que reduce la dependencia de los combustibles fósiles y sus fluctuaciones de precio.
  • Evitan la emisión de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que generan las fuentes de energía convencionales, lo que contribuye a la lucha contra el cambio climático y a la mejora de la calidad del aire.
  • Fomentan el desarrollo rural, al crear empleo, riqueza y oportunidades en las zonas donde se instalan, así como al mejorar el acceso a la energía eléctrica de las comunidades aisladas o desfavorecidas.
  • Favorecen la diversificación y la seguridad del suministro eléctrico, al aumentar la participación de las energías renovables en el mix energético y al reducir las pérdidas de transporte y distribución de la energía.
  • Promueven la democratización y la participación ciudadana en el sector energético, al facilitar el acceso a la generación de energía eléctrica a través de modelos de propiedad compartida, cooperativa o comunitaria.

 

El impacto ambiental negativo

  • Ocupan una superficie considerable de terreno, que puede competir con otros usos o actividades, como la agricultura, la ganadería, la conservación de la biodiversidad, etc.
  • Generan un impacto visual, que puede alterar el paisaje, la flora y la fauna de la zona donde se ubican, así como provocar molestias a los vecinos o a los usuarios de las infraestructuras cercanas.
  • Producen residuos, tanto durante la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, como al final de su vida útil, que deben ser gestionados adecuadamente para evitar su contaminación.
  • Consumen recursos, tanto materiales como energéticos, para la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, que deben ser optimizados para reducir su huella ecológica.

Para minimizar el impacto ambiental negativo de los huertos solares, se deben aplicar criterios de sostenibilidad y buenas prácticas ambientales en todas las fases del proyecto, desde la planificación hasta la explotación. Entre estas medidas se encuentran:

  • Realizar un estudio de impacto ambiental previo, que evalúe los posibles efectos del huerto solar sobre el medio ambiente y proponga medidas correctoras o compensatorias.
  • Elegir una ubicación adecuada, que tenga una buena radiación solar, que no afecte a espacios protegidos o de alto valor ecológico, que no genere conflictos con otros usos o actividades, que respete el paisaje y el patrimonio cultural, que tenga un buen acceso a la red eléctrica, etc.
  • Utilizar materiales y equipos de calidad, que tengan una alta eficiencia, una larga durabilidad, una baja toxicidad, una fácil reciclabilidad, una baja huella de carbono, etc.
  • Optimizar el diseño y el dimensionamiento de la instalación, que se adapte a las condiciones del terreno, que aproveche al máximo la radiación solar, que reduzca las pérdidas de energía, que minimice el uso de recursos, que facilite el mantenimiento, etc.
  • Seguir las normas de seguridad y calidad, que garanticen el buen funcionamiento y la protección de la instalación, de los trabajadores, de los usuarios y del medio ambiente, tanto durante la construcción como durante la operación.
  • Realizar un mantenimiento periódico y adecuado, que prevenga y corrija posibles averías, fallos o deterioros de la instalación, que asegure el rendimiento y la seguridad de la misma, que evite la generación de residuos o emisiones, que respete la normativa vigente, etc.
  • Gestionar correctamente los residuos, tanto los que se generan durante la fabricación, el transporte, la instalación y el mantenimiento de los componentes del huerto solar, como los que se producen al final de su vida útil, que deben ser recogidos, separados, tratados, reciclados o eliminados de forma adecuada, según su naturaleza y su peligrosidad, cumpliendo con la legislación aplicable.

Espero que este artículo te haya ayudado a conocer mejor qué son los huertos solares, cómo funcionan, qué ventajas y desventajas tienen, qué rentabilidad puedes obtener, qué legislación debes cumplir, qué impacto ambiental generan, qué ejemplos hay en España y qué futuro les espera. Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en contactarme. Gracias por leerme.

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